MI MADRE, LECTORA Y COLECCIONISTA

 
    MAÑANA ES HOY es uno de los tesoros personales que guardo en el Fondo. Tiempo atrás perteneció a la colección privada de Carmela Gómez Díaz, mi madre y como cualquier recuerdo lo conservo con especial cariño.

    Su autor es Maurice Baring y forma parte de la 1º edición de 1942 de la colección ARETUSA. Vio la luz por parte de Ediciones LAURO. Editor José Janés.


    Novela contemporánea que el autor dedica a Sir Alfred Hamilton Grant.

“ El contraste, terrible y sosegado al mismo tiempo, entre lo trágico  de los acontecimientos y la impasible indolencia del tiempo, aparece, entonces  en la ficción igual que en la vida, el supremo secreto del arte de la novela”
 



    Maurice Baring

    (Londres, 1874 - Beauly, 1945) Novelista inglés. Cuarto hijo del banquero lord Revelstoke, Maurice Baring hizo sus estudios en el Trinity College de Cambridge, y entró en la carrera diplomática en 1899. Agregado de embajada en París, y luego en Copenhague y Roma, presentó su dimisión en 1905 y se dedicó desde entonces al periodismo. Fue corresponsal del Morning Post en Manchuria, en Rusia (1905-1908) y en Constantinopla (1909).

Maurice Baring

    Su estancia en Rusia le inspiró sus primeros libros: El pueblo ruso (The Russian People, 1911) y Los orígenes de Rusia (The Mainsprings of Russia, 1914); publicó asimismo una antología de poesía rusa. Enviado del Times, estuvo en los Balcanes durante la guerra de 1912. Maurice Baring sirvió después en el Estado Mayor de la aviación inglesa de 1914 a 1918 y recibió la Legión de Honor. Sus recuerdos de la Primera Guerra Mundial están reunidos en R.F.C.H.Q., 1914-1918 (1920).

    Autor de ensayos críticos, comenzó después de la guerra a publicar las "novelas-río" que le valieron una gran celebridad, particularmente "C" (1929), Daphne Adeane (1926) y La princesa Blanca (Cat's Cradle, 1926). Al lado de sus cualidades estrictamente literarias (su notable facilidad en el análisis de los más complejos sentimientos, la alianza del realismo cotidiano con un fino y matizado sentido de la poesía y el ensueño), encontramos en sus novelas la sinceridad del escritor católico amigo de G. K. Chesterton y de Hilaire Belloc, que reacciona contra el romanticismo en nombre de una moral del renunciamiento.



Comentarios

Entradas populares